No espero, Sinceramente, algún tipo de credibilidad.
Lo que pasó, ayá en san quintin no tiene por qué ser creído;
basta decir que yo no lo creería.
Era julio, y la preparatoria había terminado.
Mujeres hermosas caminaban por ahí en ropas frescas;
gente fuera de sus casas tomando el fresco para evitar el calor.
Mi padrino armando, trabajador de la compañía de gas, me ha invitado a pasar
2 días en su casa de san quintín, Invitación que acepto con gusto.
El camino en carretera dura , más o menos, 4 horas.
La conversación gira entorno de sus experiencias de trabajo.
Escucho con interés sus anéctdotas como electricista, su experiencia
como gasero industrial y uno que otro detalle morboso sobre ser electricista.
En ese momento , pasó, lo que yo creí era, una camioneta muy antigua blindada,
al estilo Volkswagen. y pensé , que era gracioso que pareciera un tanque.
Al pasar por guerrero negro, cercas de vallecitos, mi padrino cambia la conversación:
-¿Conoces a los kiliwa?
-No, pero sé que son indígenas de la zona
-No te pierdes de mucho, el más joven tiene 50.
Y me habló de sus vivencias con los kiliwa.
Al parecer, cuando llegó a san quintin, le dio algo de interés visitar los lugares turísticos del lugar,
y se sorprendió de no leer nada de los kiliwas.
llegar al lugar no era fácil:
Cientos de metros de tierra y polvo, y rocas por doquier.
Visitarlos, fué menos de lo que esperaba:
15 ancianos apenas concientes y 2 jovencitas de manos hábiles tejiendo.
Los 4 hombres jóvenes de la tribu, son ahora peones en algún lugar.
El 2º día, después de una prueba de los mariscos costeros, Visitamos a los kiliwa.
Había 13 camionetas de color oscuro, vacías.
La entrada rodeada de rocas estaba totalmente bloqueda por esos autos.
-¿Serán de algúna corporación policial?
-No creo mijo, tendrían insignias.
Por curiosidad, avanzamos al terreno donde deberían estar las primitivas cuevas de los kiliwa.
En vez de eso, lo que vimos nos quitó el aliento:
Grupos de militares en ropas oscuras y máscaras tratando de disparar a unos individuos
en trajes apenas perceptibles, y un zumbido extraño reinaba la acústica del lugar.
Al caminar, dejaban tras de sí espirales, donde debería haber huellas de zapatos.
Entraron a una cueva pequeña que hacía las funciones de casa de los ancianos kiliwa, y salieron de inmediato con una roca enorme en las manos.
Un anciano kiliwa trato de golpear a los hombres de traje plateadusco apenas visible, trató de
golpear su cabeza oculta bajo un casco con un extraño visor, y lo que vimos nos dejó estupefactos.
Al contacto con el siniestro hombre, el anciano comenzó a hincharse, a gritar y revolcarse en el piso, aullando de dolor.
Los supuestos policías no pudieron detona nada.
sus armas estaban inutilizadas.
Seguimos, rápidamente, con la vista al extraño hombre, y lo vimos saltar 15 metros de largo
en el aire, para desaparecer en el desierto.
En el camino a casa, no dijimos ninguna palabra, hasta que vimos,
de nuevo, el Volkswagen con una enorme piedra en su interior.
lunes, 27 de julio de 2009
Sobre lo que pasó en San quintin.
Publicado por Danthé en 8:15 0 comentarios
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