domingo, 8 de febrero de 2009

Bonus Time : Divulgación Científica.

He decidido dar un respiro a nuestro recorrido por el infierno Dantesco,
para pasar a hacer algo de divulgación científica,
esto quiere decir que postearé aui fragmentos de libro o investigaciónes de interés general,haciendo así, un aporte científico a su dieta diaria de blog.

Hoy comenzaremos con la Alquimia.

Muy poco después de la época de Aristóteles, la cultura griega, de repente, se extendió ampliamente por Asia y África, gracias a las aventuras militares y conquistas de Alejandro Magno. Llevó el idioma griego y el conocimiento griego a Persia, Babilonia y Egipto. A cambio, los griegos recogieron una gran cantidad de conocimientos de los babilonios y de los egipcios.
Alejandro fundó numerosas ciudades en las tierras por él conquistadas. La mayor y más importante fue Alejandría (bautizada así por él, como es natural. Dio comienzo al asentamiento de su población, en la desembocadura de la rama más occidental del Nilo, en el año 332 a. de Jesucristo.
Alejandría se convirtió en la capital del nuevo reino egipcio, regido por los descendientes de Tolomeo, uno de los generales de Alejandro. Se convirtió en crisol de antiguas culturas: una tercera parte de su población era griega, otra tercera parte, judía y la tercera y última, egipcia.
Tolomeo I estableció un «Museo» en Alejandría. Aquí en lo que hoy llamaríamos una Universidad, congregó a todos los filósofos que pudo, ofreciéndoles apoyo y seguridad. Su hijo, Tolomeo II, prosiguió su obra, reuniendo libros para el Museo hasta que se convirtió en la biblioteca más grande del mundo antiguo. Mientras los estudiosos acudían en tropel al Museo para poder beneficiarse de su biblioteca y demás facilidades, Atenas declinaba como centro del saber griego y Alejandría ocupaba su lugar. Permaneció como centro intelectual del mundo antiguo durante setecientos años.
Los estudiosos de Alejandría continuaron en la tradición de los filósofos jonios y de Aristóteles. Pero bajo la influencia egipcia, su pensamiento acerca de la composición del Universo y la naturaleza de los elementos tomó una nueva dirección. La mayoría de los pensadores griegos tan sólo habían razonado acerca del mundo físico, sin hacer muchos intentos para observar o probar experimentalmente sus ideas. Según el punto de vista de la filosofía griega dominante, tal como fue expresado por Platón, lo ideal era más importante que lo material; por ello, las verdades más importantes respecto de la naturaleza esencial de las cosas serían descubiertas por puro pensamiento más que dedicándose a las cosas materiales. Por el contrario, los egipcios, eran un pueblo sumamente práctico. Trataban ciertas piedras —calentándolas con carbón de leña, por ejemplo— para obtener metal de ellas. Fabricaron cristal de la arena, y ladrillos de la arcilla. Prepararon tintes y medicinas y otras muchas sustancias.
Los griegos dieron el nombre chemia a este arte de tratar materiales con objeto de cambiar su naturaleza. Tal vez habían tomado la palabra de «Chem», el nombre egipcio de su propio país. Algunos pueblos creen que chemia, además, debe entenderse como significando «magia negra». En lo que a los egipcios se refiere, llamaban a su tierra «negra» por una muy buena razón que nada tiene que ver con el misterio o la magia. Hacía referencia al negro y fértil suelo de su país natal del Nilo, que contrastaba con las amarillentas arenas del desierto.
Cuando los árabes conquistaron más tarde Egipto, colocaron a chemia el prefijo al, que equivale en árabe al artículo el, con lo que la palabra se convirtió en al chemia y, con el tiempo, en español, en alquimia.
Los primeros artesanos que trabajaron con metales, tintes y otras sustancias mantuvieron sus técnicas en secreto, á fin de conseguir un monopolio sobre sus productos y ponerles unos precios elevados (una práctica no desconocida en la actualidad). Esto se añadió al misterio que rodeaba a la alquimia. Y también hizo crear una jerga en la mayor parte de los escritos alquímicos. De hecho, la Alquimia fue, al principio, casi una religión, y los egipcios consideraron al dios Tot como el dios de la Alquimia. Los griegos reservaron este honor para su dios Hermes, que era su doble de Tot. Y por ello llamaron a la Alquimia el «arte hermético». Aún empleamos este término en la actualidad; cuando guardamos algo de una forma estanca (un procedimiento que los antiguos egipcios empleaban a veces en Alquimia), decimos que está «herméticamente cerrado».



[Tomado de Isaac Asimov]

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, los alquemistas, los Penn & Teller de la antiguedad...

Un post que deja buen sabor de boca caballero...

misspink dijo...

por supuesto que se puede!!! Todo vale!
Un besazo!

Anónimo dijo...

Muchas gracias, me pongo a trabajar ya mismo misspink...

xiriflus dijo...

Muy, pero que muy interesante esta entrada.
Muchas gracias por la visita Danthe, y por tu comentario, que me encantó.

Nikolazza (antigua Consueloide) dijo...

heey..que buen tema :O
me pasaré mas seguido por aqui, de verdad...muy buen blog ^^ saludos conejito